Que soy fan de Rural It no es ningún secreto. Todavía recuerdo la experiencia tan bonita que vivimos cuando fuimos a recoger fresas, un día precioso que podéis leer aquí y que estoy segura repetiremos este año (sigo acordándome de esas peonías). Esta vez, tenía muchas ganas de contaros mi segundo plan Rural It, así que, por fin, he podido sacar un hueco en esta ajetreada vida de mamá para enseñaros las fotos de aquel día y explicaros un poquito más en qué consiste la actividad que tuvimos la oportunidad de disfrutar hace dos fines de semana: La Sierra de Madrid en burro.
El plan tiene lugar en Matalpino, un pueblecito situado en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. El trayecto en sí ya supone toda una experiencia, atravesando pastos y dejando a ambos lados de la carretera granjas y fincas destinadas a la ganadería. Los niños disfrutaron de lo lindo saludando a las vacas, a los toros y a los caballos que divisaban por la ventanilla.
A las once en punto de la mañana, ya nos estaban esperando las personas responsables de la visita para guiarnos a través de un bonito paseo por el bosque hasta la finca en la que se crían los burros. Durante el camino, de unos diez minutos de duración, tuvimos la suerte de escuchar a un cuco, que en esta época del año comienzan a llegar a la Sierra. Nos explicaron un poquito sobre la fauna y flora del lugar y la vida allí.
Me sorprendió gratamente que el grupo de personas al que iba destinada la actividad no era excesivamente grande, lo que la hace, además de muy personalizada, respetuosa con el entorno y los propios animales.
Emoción máxima cuando divisamos a los burros colocados en sus puestos esperándonos. Una vez hechas las presentaciones, nos explicaron las curiosidades de este noble animal, nos dieron las directrices básicas para acercarnos a ellos, sus costumbres, su alimentación...etc. Pudimos acariciarles, cepillarles e incluso darles de comer paja y zanahorias. Un poquito más tarde, los niños disfrutaron de un paseo a lomos de los burros y para finalizar, hicimos una pequeña ruta acompañando a los burros en libertad. Fue todo un espectáculo verlos trotar libres a la voz de ¡burrooooooo!
Una mañana muy divertida que nos sirvió para desconectar y disfrutar de la naturaleza en familia. Terminamos la jornada con un picnic en un merendero dentro del propio pueblo, del que, por cierto, no podéis dejar de visitar su panadería en la que venden todo tipo de panes, el de chocolate con naranja estaba exquisito. Así que si estáis pensando en algo original, a poca distancia de Madrid, para niños y mayores, no os podéis perder este plan. Yo ya he elegido mi tercer plan Rural It....
Valentina ♥
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