Planes para niños: Día de pesca en familia

martes, 18 de julio de 2017


Por fin encuentro un huequito para escribiros y contaros el último plan que vivimos en familia. Mi tercera actividad Rural it, podéis leer mis otras dos experiencias en Vamos a recoger fresas y la Sierra de Madrid en burro.

Esta vez el País Menudo se fue de pesca acompañados por amigos. Un día muy completo que terminamos ya en Brihuega cenando, así que imaginaos...


El día amaneció nublado, de hecho nos cayó una buena tromba de agua de camino a la piscifactoría donde se desarrollaba la actividad que se encuentra en Valderrebollo, a unos 19 km de Brihuega. Pero tuvimos suerte porque las nubes nos respetaron durante todo el día y la temperatura fue muy agradable y nos libramos del asfixiante calor de los últimos días.

Como os he comentado, la actividad de pesca se desarrolla en una piscifactoría que se dedica al cultivo sostenible y comercialización de especies piscícolas de origen ecológico. Se trata de un recinto cerrado muy cómodo para ir con niños. Un pequeño lago con bancos y tronquitos estratégicamente preparados para los pescadores y una zona de cafetería en la que se sirven bebidas, bocadillos y pizzas junto a un parque infantil.

Aquella mañana ya nos advirtieron de que la pesca estaría complicada. Debido a la tormenta del día anterior, una riada había inundado la piscifactoría y el agua estaba llena de barro, lo que impedía que las truchas localizasen los cebos. Como nosotros íbamos con la intención de pasar un buen rato y pescar no era nuestra prioridad decidimos ir igual. Eso sí, me dio pena por las fotos, porque en condiciones normales el agua es cristalina y las fotos que he sacado no le hacen justicia al lugar.

Al llegar nos dieron una caña por familia y nos dieron una clase de iniciación, en la que nos enseñaron a montar una caña, nos explicaron los diferentes cebos y cómo hacer un lance, además de las medidas de seguridad básicas para evitar percances.


Vuelvo a repetir que la cosa estaba complicada, pero a moral no nos gana nadie. Hechos los primeros lances de papás (que todos ellos se ensalzaron con el puesto honorífico junto a caña y lago), niños y mamás...tocaba esperar. Y esperamos, y esperamos más, y más y más...y nos hicimos fotos, y grabamos stories en Instagram. Tomamos un tentempié...y mientras...las truchas no picaban.






De forma inesperada ocurrió y uno de los papás pescó la primera y única trucha de la jornada.  Eso la hizo realmente especial. Un gran triunfo que los niños aplaudieron encantados. No es lo habitual, normalmente cada familia puede llevarse hasta cinco truchas, pero así es la Naturaleza. Aquí os dejo el vídeo que inmortalizó el momento.



Comimos allí y disfrutamos de una sobremesa tranquila y sentados (importante), porque los niños tienen mucho espacio para jugar. Son pequeños lujos que agradezco infinitamente. 

Una vez dada por teminada la jornada de pesca, nos fuimos a dar un paseo por los campos de lavanda que teniámos al lado. Un poquito de egoblogger y un rato de saltos y nos encaminamos a Brihuega. Disfruté mucho con la cñamara, hacía tiempo que no la sacaba a pasear y las fotos en la lavanda siempre quedan preciosas.





Jornada especial en la que tanto niños como mayores disfrutamos mucho. Así que esta mi propuesta de plan para el mes de julio en Brihuega. Eso sí, no olvidéis llevaros la neverita cargada con hielo y tener preparadas vuestras mejores recetas  para las ricas truchas :)

Valentina 

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